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Mujeres que prosperan en el negocio de bodas bodas

El negocio de la equitación de bodas ha estado muy dominado por los hombres. Pero con la evolución del entorno laboral y los tiempos económicos difíciles, las mujeres tienen que salir de la pobreza a toda prisa. La etapa de Abakyara Bazira empodera a las mujeres ciclistas.

En una tarde soleada, me dirijo a Nkrumah Road, en Kampala, para encontrarme con Dathive Mukeshimana, madre de cuatro hijos y conductora de boda boda. Un enorme cartel con las palabras "Abakyala Bazira" (traducido como "las mujeres son heroínas") inscritas en él me da la bienvenida. Conté al azar unas 10 mujeres motociclistas que esperaban para llevar al próximo cliente a su destino.

Llegados a este punto, siento curiosidad. He visto a una mujer o dos, o incluso tres, montando en moto. Pero no se me había ocurrido que hubiera una etapa de boda boda destinada a que las mujeres ciclistas ganaran dinero.

Con unos vaqueros, una chaqueta y un casco bien abrochado, Mukeshimana me ofrece asiento. Para los fines de esta entrevista, se ofrece a dejar que otras mujeres transporten a los clientes, pero se apresura a decir que la entrevista sólo durará una hora. Ha venido a trabajar. ¿Verdad que sí?

Tras una infructuosa búsqueda de empleo y sopesar muchas opciones de negocio, Mukeshimana tuvo la convicción de que montar en boda boda era algo que podía hacer. Investigó sobre el negocio y cuando compartió la idea con su marido, éste le dio luz verde. "No tenía dinero para comprarme una moto. Pero estaba preparada mentalmente para hacer este trabajo. Me dijeron que sólo necesitaba tres semanas para aprender a conducir y que, si era digna de confianza, podría conseguir una moto a plazos", relata sus comienzos.

Woman Rising Africa le ofreció clases de equitación y una moto en préstamo, tal como ella había previsto. Un mes después, estaba preparada para salir a la carretera y ganar dinero.

Más tarde me entero de que lleva en este negocio desde 2018 y que actualmente es la presidenta de la etapa Abakyala Bazira Boda Boda. "Empezamos a operar desde diferentes etapas y los hombres nos dieron la bienvenida. Más tarde encontramos nuestra dirección, la etapa Abakyala Bazira", añade.

El grupo cuenta ahora con 45 miembros, todos ellos mujeres. Aunque todas ellas no trabajan especialmente desde este puesto, siguen siendo fieles a la visión y las operaciones del grupo. Otros están destinados en Nakasero y Cooper Complex, en Kampala. Dice que el negocio de los boda boda no requiere tanto dinero para empezar en comparación con otros negocios.

En 2022, Mukeshimana y sus colegas crearon un grupo llamado Pikidada que les pone en contacto con los clientes. Desde sus plataformas en las redes sociales, se ponen en contacto con los clientes. "Ofrecemos servicios de transporte y entrega. Tenemos clientes semanales, mensuales y diarios, y nos pagan tras un periodo de tiempo acordado", añade.

Las mujeres del escenario Abakyara Bazira forman parte de Women Rising for Africa, una organización cuyo objetivo es romper diversas barreras a las que se enfrentan las mujeres. Ofrece alternativas para que las mujeres sean económicamente independientes ayudándolas a acceder a las motocicletas y convirtiéndolas en una nueva habilidad y una fuente de ingresos. "Si eres una mujer que sabe conducir, pero no puedes permitirte una moto, te registran, te dan una moto, te pagan la fianza y tú pagas el resto a medida que trabajas", explica Mukeshimana.

En el marco de Women Rising for Africa, el programa Women on Wheels pretende capacitar a las mujeres ugandesas para que accedan a oportunidades laborales convirtiéndose en motoristas cualificadas para servicios de explotación comercial o actividades personales. "Nos ofrecen clases de conducción, formación sobre la ley de tráfico, técnicas de primeros auxilios y clases de defensa personal. La organización también ayuda a las mujeres a conseguir permisos de conducción", afirma Mukeshimana.

Las mujeres también pusieron en marcha en 2023 la asociación Twezimbe Women Boda Boda Riders, donde ahorran dinero semanalmente para ayudar a sus miembros en caso de dificultades económicas. "Ahorramos dinero y lo repartimos a final de año. En esta asociación, algunas mujeres se especializan en ofrecer servicios mecánicos a los miembros, que pagan a plazos para evitar los elevados gastos del taller", añade, explicando que planean establecer un taller.

Reacción social y familiar

Cuando montó por primera vez en una boda boda en 2018, Mukeshimana no informó a sus padres sobre el nuevo trabajo. Sabía que la desanimarían. "Me levantaba e iba a trabajar con el casco escondido en la bolsa. En el trabajo, algunos de mis clientes apreciaban mi trabajo y algunos me pedían hacerse fotos conmigo. Ese era el estímulo que necesitaba", dice.

Cuando sus padres se enteraron de que su hija era motorista, no parecieron tener ningún problema.

"Mi marido estaba preocupado por mi seguridad, pero le aseguré que era como cualquier otra persona que circula por la carretera", relata Mukeshimana.

Otra ciclista, la princesa Amina, también conocida como Rasta, se gana la vida montando en boda boda desde hace dos años. Al igual que la familia de Mukeshimana, la madre de Amina estaba preocupada por su seguridad en la carretera.

"Era muy escéptica sobre el trabajo que acababa de aceptar. Había visto y leído historias de accidentes causados por motoristas y no quería que me conformara con este trabajo", cuenta Amina.

Amina, que es el sostén de su familia, dice que puede hacer cualquier cosa para que su familia sobreviva, siempre que no sea ilegal.

"Siempre he querido asumir retos. Trabajé de portero en un bar, pero no ganaba lo suficiente. Vi que montar en boda boda era una solución rápida para mantener a mi familia. Había practicado y me resultó fácil aceptar el trabajo", dice Amina.

Rutina diaria

Ya a las 5 de la mañana, Mukeshimana se levanta para preparar a sus hijos y dejarlos en la escuela. Después prepara el desayuno para su marido y lo lleva a su puesto de trabajo en Busega, Kampala. Después da instrucciones a su asistenta sobre lo que debe hacer y se marcha a trabajar.

A las 4 de la tarde, Mukeshimana recoge a sus hijos de la escuela, se dirige a casa para preparar la cena, ayudar a los niños a hacer los deberes y prepararlos para el día siguiente.

Desafíos

Mukeshimana afirma que algunos clientes no aprecian la capacidad de las mujeres para transportarlos. "A veces, un cliente te para y, al darse cuenta de que eres una mujer, se niega a que le lleves", explica Mukeshimana.

Mientras algunos desvían su atención de las conductoras de boda boda, otros les ofrecen recompensas monetarias al azar en la carretera: "Algunos clientes nos consideran seguras y cuidadosas en la carretera. Eso nos anima a seguir", añade.

"Las mujeres nunca se sienten cómodas siendo transportadas por ciclistas femeninas", afirma Amina. Sin embargo, señala que cuando la policía de tráfico detiene a una mujer por una infracción de tráfico, nunca la trata con rudeza. En algunos días buenos, algunos clientes pagan más de lo acordado cuando son transportados por mujeres.

Mecanismos defensivos

Amina viste como un hombre. Lleva rastas y apenas se puede pensar que es una mujer, algo que le ayuda a conseguir clientes sin que se cuestione su género.

"No me expongo por la noche. No quiero que sepan que soy mujer. La mayoría me llaman ssebo (traducido libremente como señor), yo respondo y sigo con mi trabajo. Estoy acostumbrada", nos cuenta Amina.

Amina añade que evita ir de noche a lugares oscuros: "Paro en la carretera donde hay luz. Cuando tengo un cliente

que va a un lugar que considero inseguro, no lo llevo".

¿Buen o mal trabajo?

Según Amina, no hay trabajo malo ni bueno. Lo único que quiere es ganar dinero, siempre que no cometa un delito. Aconseja a las jóvenes que trabajen aunque no les guste el trabajo que hacen. Amina espera ahorrar dinero y dedicarse a la agricultura para aumentar sus ingresos.

Mukeshimana dice que ha hecho amigos y ha conocido a gente importante. "He colaborado con varias empresas digitales y he viajado a países como Sudáfrica y Kenia. Nunca pensé que viajaría a estos países. Ahora puedo acceder a algunas oficinas gubernamentales. Cuando me incorporé al negocio, éramos pocos y no teníamos escenario, pero ahora tenemos un escenario para mujeres. Cualquier mujer puede venir y formar parte de nosotros de forma gratuita", destaca sus victorias.

www.monitor.co.ug

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